La zona del cuello y el escote es una de las primeras en notar el envejecimiento de la piel y se muestra como una de las más sensibles a la aparición de manchas, arrugas y rojeces, debido a la pérdida de colágeno y elastina, o por factores externos como el sol o hábitos poco saludables.
El ácido hialurónico se inyecta en la piel y en las arrugas, utilizando la técnica de mesoterapia, y dependiendo de las necesidades de cada caso, puede inyectarse solo o junto a un cóctel de vitaminas y minerales esenciales para la creación de colágeno y elastina.
Los hilos tensores se usan principalmente en la zona del cuello, aunque también los podemos usar en la zona del escote.
Los usaremos con dos propósitos, redensificar la zona y producir una mejora de la flacidez, o para tratar las arrugas causadas por la flacidez de la piel; en este caso los que realizaremos es un retensado de la piel usando hilos espiculados
Rejuvenecimiento con IPL: La Luz Pulsada de Alta Intensidad, está muy indicada para el fotorejuvenecimiento del escote y el cuello, mejora la calidad de la piel, la textura, dando brillo y suavizando las manchas. No requiere anestesia para realizarlo y la recuperación es inmediata.
Rejuvenecimiento con LASER NEODIMIO-YAG: Con él tratamos los puntos rubí, las arañas vasculares o telangiectasias. Así mismo, podemos provocar una estimulación de colágeno y elastina, que mejora la textura de la piel y tensara las estructuras
A esto hay que añadirle que la piel del cuello y del escote se deshidrata más fácilmente, debido a una menor presencia de glándulas sebáceas. Por lo tanto, uno de los objetivos que pretenderemos alcanzar con nuestros tratamientos será mejorar su hidratación.
Por último, como es una zona que presenta una menor cantidad de tejido graso subcutáneo, así como de fibras de colágeno y elastina, la piel tiene un menor soporte y aparecen la flacidez y las arrugas.
Las causas de este envejecimiento de la piel, como ya hemos comentado son varias. Se trata de una parte del cuerpo en la que la piel es más delicada.
En primer lugar, porque está más expuesta a la radiación solar y porque además es una zona en la que se produce menos melanina de la habitual. Es decir, no solo le da más el sol, sino que cuenta con menor protección frente a la radiación ultravioleta. El resultado es una alta frecuencia de aparición de manchas (lentigos, queratosis, etc.) y otros signos de envejecimiento en la piel.
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